E
s indudable que la película
que hoy ocupa el post de El Terror Tiene Forma es maldita entre las malditas y
una perfecta desconocida para la gran mayoría de aficionados. Incubus (1966) de
Leslie Stevens es una película extraña y fascinante, poética por momentos, que
bebe de influencias tan notables como el expresionismo o las películas de Ingmar
Bergman (principalmente de El Séptimo Sello, 1957) ofreciéndonos una obra
contundente y eminentemente visual, donde la atmósfera y la historia narrada
son el eje principal del metraje. Incubus es una película peculiar, tanto por
estar rodada íntegramente en esperanto (creo que solo existen cuatro películas
en toda la historia del cine rodadas en este lenguaje), como por ser poseedora
de una leyenda que la ha rodeado desde el mismo día de su estreno.
Para entrar en materia vamos a
por el argumento:
Nomen Tull es un pueblecito famoso por tener en sus cercanías un pozo que según la creencia popular contiene aguas curativas y que también embellecen la apariencia física. La gran afluencia de visitantes ha logrado que los 'súcubos', entidades demoníacas con forma de mujer que usan la tentación (en forma de placer sexual) para conseguir sus fines, ronden por el lugar con el objeto de atraer las almas de los visitantes hacia el 'Dios de la Oscuridad'. Kia (Allyson Ames), un súcubo, hastiada de su labor de proveedora de almas impuras, decide hacerse con un alma pura para corromperla totalmente y convertirse en un demonio mayor. Su víctima será Marc (William Shatner), un joven soldado herido que junto a su hermana visita el pozo con la pretensión de curarse de sus achaques. El plan del súcubo no funciona pues acaba enamorándose del joven soldado; viendo la situación la hermana de Kia decide invocar a Incubus (Milos Milos), el señor del reino de la oscuridad, para remediar la situación.
Filmada en la costa central de
California en dos escasas semanas y con un presupuesto más que exiguo, Incubus
es una obra imperfecta dentro de unos parámetros íntimos, perfectamente
ambiguos, donde se juega (o donde el director quiere jugar) con las dobles
lecturas que hacen referencia a la cristiandad y el paganismo, como extremos
que se tocan en el filo siempre cortante de la fantasía onírica; no hay en el
film una postura clara en ninguno de estos aspectos, sin embargo la apuesta es
concisa en conceptos cinematográficos: una propuesta visual y atmosférica
amenazante que combina grados superlativos de intensidad y maestría con algunos
fallos de ritmo que lastran un poco el desarrollo global del film.
A parte de estas consideraciones la historia presentada no es más que un esbozo de la eterna lucha entre el bien y el mal, convenientemente sazonada, eso sí, con un espectacular blanco y negro, fruto del trabajo en la fotografía de dos maestros absolutos en estas lides: Conrad L. Hall y William A. Fraker; por otra parte la utilización del lenguaje inventado por L.L. Zamenhof a principios de la década de 1880 no es nada gratuita, el director pretendía, o por lo menos eso se desprende del visionado, acentuar el aire extraño e irreal del film, y doy fe de que lo consigue, pues entre las alucinantes imágenes y los no menos delirantes textos recitados en esperanto (con una entonación fatal según los expertos en esta lengua) la experiencia es sumamente alucinógena.
A parte de estas consideraciones la historia presentada no es más que un esbozo de la eterna lucha entre el bien y el mal, convenientemente sazonada, eso sí, con un espectacular blanco y negro, fruto del trabajo en la fotografía de dos maestros absolutos en estas lides: Conrad L. Hall y William A. Fraker; por otra parte la utilización del lenguaje inventado por L.L. Zamenhof a principios de la década de 1880 no es nada gratuita, el director pretendía, o por lo menos eso se desprende del visionado, acentuar el aire extraño e irreal del film, y doy fe de que lo consigue, pues entre las alucinantes imágenes y los no menos delirantes textos recitados en esperanto (con una entonación fatal según los expertos en esta lengua) la experiencia es sumamente alucinógena.
Sea como sea Incubus es una
propuesta modesta en su presupuesto pero ambiciosa en su planteamiento y estoy
completamente convencido de que puede ser una grata sorpresa para muchos
aficionados.
Saludos amigos/as de El Terror
Tiene Forma.
Ficha Técnica
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Año: 1966 / Director: Leslie
Stevens / Productor: Elaine Michea,
Anthony M. Taylor / Guión: Leslie Stevens / Fotografía: Conrad L. Hall, William A.
Fraker / Música: Dominic Frontiere
/ Departamento de Arte: Ted Mossman
/ Maquillaje: Fred B. Phillips / País:
USA / Duración: 78m. / Formato: ¿? / Proporción: 1.85: 1 / B/N / Esperanto
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Ficha Artística
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William Shatner, Allyson Ames, Eloise
Hardt, Robert Fortier, Ann Atmar, Milos Milos. Sin acreditar: Jay Ashworth, Forrest T. Butler, Paolo Cossa, Ted Mossman
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