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26 marzo 2018

rawpower63

Carlos Aured, dirigiendo el terror

Carlos Aured, uno de los grandes directores del cine fantástico en este país
Conocí a Carlos, por motivos profesionales, sobre el año 2000, me encontré con una persona franca, abierta, honesta y que hacía gala de una ilusión y una afición hacia el cine en general y el fantástico en particular, que el paso de los años no había podido diluir ni corromper. Miraba hacia el pasado sin ira y esperaba el futuro con esperanza, con solo un deseo en su cabeza: volver a dirigir. Poco a poco nos fuimos haciendo amigos, compartimos buen yantar y hablamos durante horas y horas de su buena época como director, de su relación con Jacinto y de mil y una anécdotas que salpicaban los, a menudo, accidentados rodajes, anécdotas que explicaba con los ojos brillantes y un poco húmedos por la emoción. Los años pasaron pero la amistad no decreció, hasta que un triste febrero del año 2008 me comunicaron su repentino fallecimiento. Sirva la editorial de hoy para homenajear una trayectoria, una amistad y, aunque un poco tarde, recordar su figura.
El Espanto surge de la Tumba, Carlos Aured y Paul Naschy en esta emblematica película
Hablar de Carlos Aured es hablar de uno de los artesanos más brillantes y personales del cine de terror realizado en nuestro país, a pesar de que su filmografía dentro del género no es muy abundante y de que, como es normal, su figura y su trabajo es más respetado fuera de nuestras fronteras que en nuestro carnavalesco país, su producción dignifica toda una época, en la cual España facturaba buenas películas de género (muchas de ellas absolutamente geniales) y sembraba las semillas de un culto que a día de hoy está más vivo que nunca. Esas películas y esos realizadores crearon un estilo propio a partir de premisas e influencias del fantástico mundial, consolidaron un mundo en el cual el terror, la renovación de conceptos y una imaginería visual muy personal se daban la mano, dando como resultado una larga lista de films justamente recuperados y valorados actualmente como se merecen por los aficionados y parte de la critica especializada.
Carlos había recorrido todo el camino dentro de la industria cinematográfica y de ocio en general, desde sus inicios en el teatro, posteriormente en la televisión para aterrizar finalmente en el mundo del cine, en el cual realizó todos los trabajos posibles para ir superando, uno a uno y poco a poco, los escalafones jerárquicos hasta que en el año 1972 le llegó la oportunidad de dirigir una película producida por Profilmes S.A., protagonizada por Paul Naschy (que también ejercía de guionista) y que llevaba por título El espanto surge de la tumba


No había sido un camino fácil, atrás quedaban sus trabajos como ayudante de dirección a las ordenes de Leon Klimovsky (por ejemplo en La noche de Walpurgis, 1971) o sus filtreos con el spaghetti western en diversas coproducciones. El éxito de El espanto surge de la tumba propició el nacimiento de una buena relación con Naschy, que a la postre daría sus frutos en forma de otras tres películas del dúo y que marcarían uno de los momentos más álgidos dentro del panorama de cine de terror en nuestro país.
Secuencia de El Espanto surge de la Tumba
Tras su primera película vendrían títulos como La venganza de la momia (1973) con Paul Naschy, Jack Taylor, Helga Liné y María Silva, La noche de la furia (1974), Los fríos senderos del crimen (1974), El retorno de Walpurgis (1974) y Los ojos azules de la muñeca rota (1976), éstos dos últimos en colaboración, otra vez, con su amigo Paul.  
A partir de ese momento, como muchos de sus contemporáneos en la dirección, la caída de la censura y la explosión sexual que ese acontecimiento provocó en España, hizo que estos brillantes artesanos, atraídos por el color del dinero, abandonaran las películas de género fantástico y se pusieran a facturar simpáticos productos softcore con títulos tan despatarrantes como El fontanero, su mujer y otras cosas de meter...(1981), pero eso es otra historia que merecería otro, y extenso, artículo a parte.
La Venganza de la Momia, otra colaboración de Carlos Aured con Paul Naschy
Volvamos al fantástico, los títulos antes mencionados conforman la corta, pero intensa, carrera como director de Carlos en este género. Un catálogo que muestra y demuestra la calidad y la habilidad con que Aured combinaba atmósferas densas, oprimentes y malsanas, con perfectas pinceladas de un horror más moderno, efectista e impactante, añadiendo las justas medidas de sangre y truculencia que demandaba el público en esos años. Otro punto a resaltar es la química existente con Paul Naschy, sus cuatro colaboraciones resaltan por poseer una personalidad muy acusada, y es de recibo entretenernos un poco en ellas.
El espanto surge de la tumba es una obra poderosa, surgida de la fijación que tenía Paul Naschy con la figura histórica de Gilles de Rais (curioso personaje el amigo). En ella se nos cuenta la historia de Alaric de Marnac (alter ego de Gilles de Rais), un ente maligno que vuelve de la tumba para vengar su muerte acaecida años antes.
Rodada en cuatro semanas, protagonizada por Paul Naschy, Emma Cohen, Víctor Alcázar, Helga Liné y Luis Ciges, con la música del conocido compositor Carmelo Bernaola y la ayuda inestimable de Julián Ruiz, uno de los maestros del maquillaje en nuestro país, el film se ha convertido con el paso del tiempo en una reverenciada cult movie y eje fundamental para entender el cine de terror que se realizaba en esos años. Carlos dirige con brío y audacia una historia, en la cual, se combinan a la perfección atmósferas góticas y misteriosas con impactantes escenas dignas de cualquier producción gore o splatter realizada fuera de nuestras fronteras.
La siguiente colaboración de Naschy y Aured fue La venganza de la momia. Recuperando el mito de la momia y muy cercano al espíritu que de esta quiso dar la productora británica Hammer Films, nos encontramos ante una producción raramente exótica, con un planteamiento muy cercano al cómic y con un mensaje socio político bastante contundente. El film narra la historia del faraón maldito Amenhotep y de su ambicioso y cruel descendiente Assad Bey (doble papel para Naschy). La venganza de la momia es un film realmente bueno, tanto su ambientación, guión, decorados e interpretaciones rayan a gran altura y el trabajo de Aured es realmente de notable alto, sabiendo crear y dotar a la historia narrada de una atmósfera malsana y decadente realmente muy lograda, amen de conseguir un ritmo que facilita ostensiblemente el visionado de la misma. Como interpretes principales el film contó con el concurso de Jack Taylor, Helga Liné, María Silva, Rina Ottolina y Luís Davila.
El retorno de Walpurgis una de las películas más conocidas de Carlos Aured
Con El retorno de Walpurgis, que, a pesar del título, no es una continuación directa del famoso film de Klimovsky, sino más bien una historia paralela, Aured consigue uno de sus trabajos más redondos y conjuntados, que rápidamente se convierte en pieza clave dentro de la filmografía de Naschy. La obra se beneficia de unas secuencias iniciales ambientadas en la Edad Media, posteriormente misas negras, sacrificios humanos y por supuesto la leyenda del hombre lobo, con más de un guiño a las producciones de la Universal, se encargan de crear una angustiosa y tensa película de TERROR con mayúsculas. Fue protagonizada por Naschy (también ejerciendo de guionista), María Silva (fenomenal su creación de Elizabeth Bathory de Nadasdy), Fabiola Falcón, José Manuel Martín y Inés Morales. De la música se encargo Antón García Abril y Pablo Perez de los efectos especiales, este último con una carrera espectacular a sus espaldas en títulos tan emblemáticos como Pánico en el transiberiano (1972), El jorobado de la Morgue (1973) o El buque maldito (1974).
Los ojos azules de la muñeca rota un giallo dirigido por Carlos Aured
Los ojos azules de la muñeca rota supuso el nacimiento del concepto de giallo puro en la producción de este país, aunque desde un prisma personal que lo aleja de las producciones italianas que por esos años copaban las pantallas. La sinopsis y esquema de la película es sencillo; en ella se nos cuenta la llegada de Gilles (Paul Naschy) a un pueblecito rural francés, allí es acogido en una casa para desempeñar diferentes trabajos, la casa esta habitada por tres hermanas a cada cual más extraña; una acomplejada por una mano ortopédica, otra condenada a vivir en una en una silla de ruedas a causa de un accidente y por último la última hermana con pulsiones ninfomaníacas absolutamente enfermizas. Coincidiendo con la llegada al pueblecito de Gilles, una serie de macabros y singulares asesinatos asolan la localidad, todas las victimas presentan un punto en común: sus ojos han sido arrancados.


Aured dispone de conceptos básicos para lograr un esquema narrativo que se nutre de diferentes elementos, de esta manera la pulsión sexual, los resortes para crear tensión y la crueldad y violencia de los asesinatos se combinan para lograr una de las películas más recordadas de esa época. Narrado con un ritmo intenso, pero a la vez bastante contenido, el film es absolutamente cruel y malsano, brillando con luz propia el film solo puede calificarse de antológico dentro de las coordenadas del género fantástico. Acompañando a Naschy nos encontramos con Diana Lorys, María Perschy, Pilar Bardem, Luis Ciges y Eva León. La banda sonora fue compuesta por Juan Carlos Calderón. Otra bomba en taquilla que consolido la edad de oro del terror en nuestro país.
Después se su fructífera etapa en el softcore, Aured se distancio de su trabajo como director pero siguió involucrado en el mundo de la televisión y el cine, ejerciendo como productor en películas como Monster Dog (Leviathán, 1984) con la presencia de Alice Cooper y Victoria Vera (vaya combinación) o Alien predator (Cosmos mortal, 1987).
Empusa, la última y fallida colaboración entre Aured y Naschy
Paralelamente intentó por todos los medios volver a la dirección con proyectos como Unidos por la sangre, guión que corrió por todas las productoras de este país, incluida Filmax en su proyecto Fantastic Factory, pero que no consiguió interesar a nadie; los años habían pasado, nadie se acordaba de su nombre (cosa habitual, en el desmemoriado y poco agradecido sector audiovisual de este país) y nadie se atrevía a financiar un proyecto encabezado por dos viejas glorias del terror.
En el año 2007, Paul Naschy ofreció la oportunidad a Carlos de dirigir un nuevo film titulado Empusa, sin embargo discrepancias con la productora provocaron que abandonara el proyecto, siendo sustituido por Naschy, que a la postre tampoco podría acabar el rodaje por su súbito fallecimiento. Recientemente ha sido estrenada.
Carlos Aured fallecía el 3 de febrero del 2008, la causa, un repentino y fulminante ataque al corazón, tenía 71 años y todavía conservaba intacta su ilusión por el cine. Una perdida que, salvo unas breves notas a pie de página en algún periódico, paso casi completamente desapercibida para todos los aficionados. Sirva ésta editorial como homenaje póstumo y tardío a uno de los grandes directores del fantástico que ha tenido este país.
Un saludo amigos/as de El Terror Tiene Forma.  



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