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18 julio 2013

rawpower63

Evil Dead / Posesión Infernal (2013)

Poster del remake de Evil Dead

Bueno, hoy le toca el turno al remake más esperado de los últimos años: Posesión Infernal; vaya por delante que no voy a centrarme en comparar las dos películas, es injusto e innecesario, pues aunque ambas comparten nombre y apellido en poco más se parecen. Tampoco voy a valorar la necesidad de realizar un remake de un film mítico en el cine de terror (os imagináis un remake de Mal Gusto...pues eso), por lo tanto he intentado visionar el film como un ente independiente, valorando lo bueno y lo malo,  olvidándome de ideas preconcebidas y, por encima de todo, intentando disfrutar de una película, que a priori, tenía que ser de lo mejorcito del año.

Vamos por partes, esta nueva versión dirigida por Fede Alvarez (su primera incursión en el largometraje) destaca por varios motivos, es un film que recupera parte de la ferocidad del cine de terror de los años setenta y ochenta prescindiendo, eso sí, del sórdido humor negro que habitualmente salpicaba a las películas de género; el director realiza un  trabajo serio y eficaz, no se anda con chiquitas a la hora de rodar, siendo de agradecer que siempre busque planos o ángulos no demasiados usuales, intentando dotar a todo el conjunto de una entidad propia; destaca también el uso de una violencia gráfica muy elevada que asegura buenos momentos a los amantes del gore más desenfrenado. Por derecho propio se ha de resaltar la fotografía, bien buscada y bien desarrollada, que abunda en colores y usa tonos umbríos y ominosos y la BSO compuesta para la ocasión por Roque Baños; en el apartado interpretativo no se aprecian despuntes importantes, estando el trabajo realizado en la línea habitual en este tipo de películas, donde parece ser que la brillantez ha sido sustituida por una especie de eficacia mecánica, asegurando un resultado lineal pero poco aparente. En resumen Posesión Infernal tiene suficientes atractivos para el aficionado y se sitúa por encima de la media de otras obras que últimamente están devastando nuestras retinas.
Escena del remake de Evil Dead
Pero ¿es suficiente este ejercicio de eficacia?, pues yo creo que no; desde el primer momento tuve la impresión de encontrarme con un film diseñado en un laboratorio de genética, donde el trabajo principal ha sido localizar y aislar convenientemente (con esmero y dedicación), todos los elementos necesarios para crear una película de terror, pero sin conseguir en ningún momento lubricar los diferentes engranajes para que no chirríen, ¿que falta entonces?, pues básicamente todos esos pequeños y leves detalles que logran que un escalofrío recorra la espina dorsal, que dan vida al miedo y a la angustia, y que son, no nos olvidemos, la esencia del cine de terror. Detalles que rellenan escenas, que explican sin explicar y que muchas veces sugieren sin necesidad de mostrar, un arte casi perdido irremediablemente que con su ausencia empobrece considerablemente el resultado final de muchas obras, regalándonos, de paso, una sensación de vacío donde es imposible sentir la más mínima empatía con los personajes y/o situaciones, donde el cúmulo de virtudes que pueda atesorar la película se diluye irremediablemente, regalando un desagradable sabor agridulce y la total certeza de que el cine de género no se puede clonar ni replicar, y que el arte de dar miedo está muy caro últimamente.
Escena del remake de Evil Dead
En resumen, Posesión Infernal es una película efectiva, por momentos interesante, que sin embargo cae en muchos de los errores del moderno cine de terror, donde la angustia y el miedo brillan por su ausencia, siendo sustituidos por una especie de extraña profesionalidad donde cada secuencia, momento o frase está donde tiene que estar, un encaje de bolillos que funciona con precisión pero que no aporta nada que no sea ya conocido, dejándonos huérfanos de una obra que podía haber sido feroz y transgresora, pero que queda como un simpático cliché que resume a la perfección los mejores momentos del cine de terror de las últimas décadas. Un esfuerzo muy de agradecer pero lejos de las elevadas expectativas que este film había levantado. Para mí una decepción en toda regla, o quizás la palabra que mejor define lo que pensé cuando la visionaba sea indiferencia.

Saludos amigos/as de El Terror Tiene Forma.  


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