Aftershock
(Nicolás López, 2012) es una película
que se ha vendido de manera errónea y cuya publicidad y nombres que la avalan
puede jugar en contra de su visionado. Si se superan estos escollos, nos
encontramos con un divertimento digno que sin ser nada del otro mundo consigue
entretener gracias a algunos aciertos de guión.
La película nace de la fructífera
relación entre los directores Nicolás
López y Eli Roth (productor de
esta y guionista junto a López), habiendo colaborado el estadounidense con el
chileno en su siguiente película y viceversa. Parece ser que Roth ha encontrado
en López un sustituto de correrías tras sus pasadas colaboraciones con Quentin Tarantino. Y aquí se encuentra
uno de los problemas de la película, al estar Roth en la gestación del proyecto
se han querido insertar diversas subtramas pertenecientes al género de terror
para que Aftershock no defraude a los
seguidores del director de Hostel
(Eli Roth, 2005). El problema de estas subtramas es que si bien en un principio
son interesantes, el hecho de que nunca se acaben de desarrollar lastra la
narración en muchos momentos. Ya que Afertshock,
como su título indica no deja de ser una versión gore de la clásica historia de
catástrofes que tan de moda estuvo en los 70, siempre bajo el auspicio de Irwin Allen; esta película, en
concreto, no deja de ser una reinterpretación en clave gore de
"Terremoto" (Earthquake, Mark Robson, 1974). Y quizás a esto se
deberían haber ceñido o si no haber desarrollado en profundidad las diversas
tramas de terror. Tenemos desde las típicas profecías apocalípticas, hasta un
violento grupo de criminales, pasando por un psicópata o una inquietante
historia de asesinos de niños. Demasiadas cosas, que quizás un director con más
talento que López hubiese sabido integrar y explotar pero que aquí quedan muy
difuminadas y poco desarrolladas. La dirección del chileno es de lo peor de la
película, su estilo feísta y su poca elegancia y concreción hacen que el Roth
director parezca Tarantino en comparación. Así mismo, las interpretaciones no
ayudan demasiado, ningún actor destaca especialmente, salvo Roth, quien está
particularmente mal debido a su torpeza a la hora de transmitir las emociones
de su personaje, hay que resaltar que alguien que sin duda sabe lo que es una
buena interpretación y sepa que registros requiere cada escena, sea incapaz de
ponerlos en escena, demostrando que no cualquiera puede ser actor. En cambio,
si bien el guión es muy disperso y poco desarrollado, contiene ideas bastante
buenas, en especial en una parte de la estructura y el desarrollo de los
personajes. Aplicando una fórmula que ya uso previamente en Hostel, ampliada y pulida en Aftershock ; los guionistas nos
presentan una serie de personajes tópicos y no especialmente simpáticos aunque
sí bastante reales. La chica seria, la calentorra, la inalcanzable, el chico
enamoradizo, el torpe pero buenazo y el ligón chulo. Durante la primera parte
de la película no sentimos ningún apego por ellos, pero tras el terremoto y
conforme las desgracias y muertes se suceden, de manera ingeniosa, sufriremos
por estos personajes. Está claro que no será gracias a la sutileza, ya que las
desgracias serán duras y apelan a sentimientos humanos básicos pero no por ello
dejan de ser efectivas. También deudora de Hostel
es otra idea de guión bien utilizada que no revelaré ya que forma parte del
argumento. Por último, el giro final, previsible y visto muchas veces, es de
agradecer ya que es coherente con el resto de la película y puede arrancar una
sonrisa en los espectadores más cínicos. El tono políticamente incorrecto de la
película, con bastante mala leche, juega a favor de la historia y hace que
destaque en el cine comercial actual, convirtiendo la película en la versión
gamberra de Lo imposible (J. A. Bayona, 2012). En cuanto al gore,
es generoso pero no llega al nivel de otras producciones de Roth, existiendo el
rumor de que fueron cortadas algunas escenas debido a su escabrosidad.
Así pues nos encontramos ante una
película del todo irregular, con meritos cinematográficos aislados, pero que
consigue entretener y no aburrir, siendo estas las intenciones de sus
creadores, pueden darse por contentos.
Alex Turol