En el año 2007 una película
francesa titulada À L’intérieur dirigida por dos jóvenes debutantes (Alexandre
Bustillo, Julien Maury), sorprendía a propios y extraños por su gran calidad
estética, un excelente argumento y una violencia gráfica verdaderamente contundente;
la obra era una densa, oprimente y muy personal película que se nutría, en sus
conceptos básicos, de una más que notoria influencia del Giallo (y del
fantástico italiano en general) y que abrazaba por extensión al cine de terror
europeo. A partir del éxito del film, sus dos responsables iniciaron un periplo
largo, tedioso e infructuoso en el mercado americano, estuvieron vinculados de
una u otra manera a diferentes proyectos (desde Halloween 2 hasta la nueva versión de Hellraiser) pero todos se fueron cayendo de la agenda por
diferentes motivos. Hastiados de la situación volvieron a su país de origen,
imaginaron una nueva fantasía malsana y se pusieron manos a la obra, el
resultado fue Livide (2011).
Vaya por delante que los
aficionados que esperen una continuación en las coordenadas de su anterior
película van a sentirse defraudados; Livide
explora otro tipo de terror y abraza otro tipo de influencias, pero el
resultado es igual de brillante e interesante. El argumento es el siguiente:
En su primer día como cuidadora Lucie (Chloé Coulloud), acompañada de su mentora Catherine (Catherine Jacob), visita a una anciana que está inmovilizada en la cama a causa de un coma cerebral. Durante la visita Catherine informa a la joven que la anciana mujer fue, en tiempos, una famosa profesora de baile, y que se rumorea que esconde en la lóbrega mansión donde está recluida, un gran tesoro. Al finalizar la jornada Lucie se encuentra con su novio y le cuenta la historia, el joven se muestra interesado y le propone ir una noche a la mansión para robar el tesoro, la chica en un principio se niega, pero horas después tentada por la posibilidad de un futuro mejor consiente en realizar la acción. Acompañados de un amigo de ambos se encaminan a la apartada casa, una vez en ella solo encuentran polvo y suciedad. Lucie decide ir a la habitación de la anciana y coger una llave que cuelga de su cuello. A partir de ese momento una serie de extraños y sobrenaturales acontecimientos acosarán a los jóvenes y la caza del tesoro se convertirá en una lucha por sobrevivir.
Los dos realizadores inician con
esta película un notable distanciamiento de las coordenadas y parámetros de la
denominada nueva ola del terror francés, nueva ola que si bien en un principio
sorprendió y agradó a partes iguales, poco después se convirtió en una carrera
sin sentido en pos del más todavía, con lo cual su posible efecto perturbador
se diluía convirtiéndose en una especie de circo del exceso sin sustancia ni
sentido, pero volvamos a la película que hoy nos interesa; abandonando el tono
sucio y violento de su debut se embarcan en una obra más visual que física en
la cual se pueden encontrar algunos (pocos) ecos de un jovencito Dario Argento,
algunas de las ensoñaciones terrorífico-oníricas de Jean Rollin, la ambientación
y atmósfera gótica de la Hammer y la que para mí es la influencia más notable
del film: Georges Franju. Es por lo tanto una película eminentemente visual que
juega sus mejores cartas con la ambientación, atmósfera y efectos sonoros, por
contra el argumento, no sé si expresamente, revela no pocas lagunas que
desorientan y dificultan la comprensión del film; el guión, según mi opinión,
toca demasiados elementos: fantasmas, vampiros, casas encantadas, taxidermia, algo
de gore… pero en ninguno de ellos se profundiza, ni ninguno de ellos resalta
por encima de otro, es por lo tanto la ambigüedad, la sensación que más pesa en
el argumento, dando la impresión de ser un guión articulado en función de las
necesidades visuales de los directores.
Livide es una película
especial que requiere de la complicidad y paciencia del espectador no obstante,
si uno se deja imbuir por la extraña belleza de sus imágenes la recompensa es
de notable alto; perturbadora, barroca, poseedora de una iconografía brutal y
plenamente consciente de su laberíntico suspense, es un film que plantea unos
parámetros brillantes con las suficientes aristas para agradar al
aficionado.
Si algo me ha quedado claro es
que Bustillo y Maury tienen talento, honestidad y, sobretodo, aman el cine
fantástico, pues una propuesta de estas características no la puede realizar
cualquiera; el riesgo amigos/as es algo muy importante para el cine fantástico,
sin riesgo no hay hallazgos ni progresión y sin riesgo estaríamos condenados a
ver clones repetitivos en esquemas y situaciones, que por desgracia ya son
bastante abundantes. Brindo por esta valiente apuesta e impaciente quedo por
ver cual será el próximo paso de esta talentosa dupla.
Saludos amigos/as de El Terror Tiene Forma.
Ficha Técnica
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Año: 2011 / Director: Alexandre
Bustillo, Julien Maury / Productor: Vincent Brançon, Vérane
Frédiani, Franck Ribière / Guión: Alexandre Bustillo, Julien
Maury / Fotografía: Laurent Barès
/ Música: Raphael Gesqua / Diseño de Producción: Marc Thiébault
/ Maquillaje: Nicolas Herlin,
Laetitia Hillion, Cyril Hipaux, Pascal Larue, Jacques-Olivier Molon / FX: Olivier Alfonso / Efectos Visuales: Julien Aullas,
Djelloul Bekri, Nicolas Bonnell, Thibault Bunoust, Sebastien Corne, Laurens
Ehrmann, Audrey Ferrara, Mathieu Vavril / País: Francia / Duración:
88m. / Formato: VideoHD / Proporción: 2.35: 1 / Color
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Ficha Artística
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Chloé Coulloud, Félix Moati,
Jérémy Kapone, Catherine Jacob, Béatrice Dalle, Chloé Marcq, Marie-Claude
Pietragalla, Loïc Berthezene, Jöel Cudennec, Sabine Londault, Serge Cabon,
Nathalie Presles, Adèle Fousse, Roxanne Fillol Gonzalez, Kallia Charon, June
Ribière, Oriane Azam, Thomas Ribière, Laure Latinier
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