Bueno, volvemos con James
Herbert; acabamos el anterior artículo con la publicación de Chamba, obra que
suponía un sorprendente giro a las temáticas habituales del escritor. Su
siguiente novela se tituló La
Lanza (The Spear, 1978) y es un paso más
allá en la búsqueda del autor de nuevos caminos para su imaginación. En este
caso la novela nos presenta un argumento que entronca directamente con la
tradición de los relatos pulp de detectives, añadiéndole un fondo de thriller y
terror marca de la casa; la historia es la siguiente: Harry Steadman un
investigador privado, se interna, debido a que su novia ha sido brutalmente
asesinada y crucificada en una puerta, en un laberinto de violencia y locura,
que le conduce a descubrir una siniestra conspiración, donde Himler (uno de los
ideólogos nazis) sigue con vida e intenta conquistar el mundo otra vez. Esta
obra es una pequeña y perfecta muestra de las aptitudes de Herbert: una
historia sorprendente, un ritmo brutal y buenas dosis de terror y acción; poco
más se le podía pedir al amigo.
Los años ochenta los estrena con La Oscuridad (The
Dark, 1980) y Santuario (Shrine, 1983). La primera es una novela que
rescata el tono de sus primeras obras y nos transporta a un universo plagado de
actos de barbarie y violencia, en el cual una maligna entidad hace enloquecer a
cualquiera que se cruce en su camino. La segunda es la particular cruzada de
Herbert contra los extremismos religiosos y sus consecuencias (llevadas al
límite, eso sí); la historia nos presenta a Alice, una niña sordomuda, a la que
de repente se le ha aparecido una dama vestida de blanco que le asegura que es la Inmaculada Concepción.
A partir de ese momento la niña recupera el oído y el habla, adquiriendo en el
proceso la capacidad de obrar milagros. Por supuesto el lugar de la aparición y
la niña se convierten en un fenómeno de masas y miles de peregrinos visitan el
lugar. La Iglesia Católica
ve en los acontecimientos una oportunidad de reafirmar la fe de su rebaño, los
comerciantes de la localidad manipulan la situación en su provecho, pero
mientras tanto la niña va perdiendo su pureza e inocencia y va transformándose
poco a poco en algo maligno. Poco a decir, una novela contundente que se
convierte en otro de los pilares que sustenta el mito de este autor.
Herbert sigue trabajando duro a
ritmo de novela por año; Luna (Moon, 1985), La Casa de
Campo Mágica (The Magic Cottage, 1986), Sepulcro (Sepulchre, 1987)
y Hechizo
(Haunted, 1988). Voy a entretenerme en dos de estas obras, ya que las
considero muy importantes para evaluar con garantías (y justicia) la calidad y
la prodigiosa imaginación de Herbert. La Casa de Campo Mágica es una novela que
rebosa sensibilidad y atmósfera terrorífica; el argumento es muy sencillo una
encantadora pareja de profesiones liberales (músico / pintora) se trasladan a
una casa de campo alejada del mundanal ruido. Una vez instalados todo parece
envolverse de una magia positiva, alcanzando tanto sus proyectos como sus
facultades artísticas cotas realmente insospechadas. Pero nada es lo que
parece, pronto una extraña secta que quiere apoderarse de la casa y la
aparición de unas criaturas horripilantes surgidas de las profundidades de la
tierra, pondrán a prueba la cordura de la pareja.
La gracia y potencia de esta
novela no se encuentra en su argumento mil veces utilizado, más bien se
sustenta en la maestría del autor para ir creando poco a poco una atmósfera
angustiosa realmente malsana, pero no exenta de un componente más fantasioso
más, digamos, imaginativo que recuerda las estructuras y el ritmo de los
cuentos clásicos y se beneficia de los mismos.
La otra novela que me gustaría
resaltar de esos años es Hechizo. Esta
obra es muy importante en su carrera por diferentes motivos: en primer lugar su
argumento se nutre de la tradición literaria y las leyendas de las casas
encantadas, en segundo lugar se presenta a uno de los personajes más queridos y
carismáticos de toda su carrera: David Ash; Ash es un investigador
parapsicológico, dentro de las coordenadas de la tradición literaria de los
grandes detectives de lo oculto, por lo tanto es un hombre que bascula entre la
incredulidad y la fe en los fenómenos que investiga, dedicándose en cuerpo y
alma a desenmascarar a presuntos estafadores y a solucionar las manifestaciones
sobrenaturales con su sólida educación materialista y psicológica. Es Hechizo una obra hilvanada con paciencia,
donde la agilidad y el dinamismo habituales en el autor crecen de manera
exponencial al desmoronamiento y erosión del protagonista, dando o dejando una
sensación en el lector de auténtico terror sobrenatural perfectamente creíble.
Esta novela tuvo una adaptación cinematográfica en el año 1995, fue dirigida
por Lewis Gilbert y protagonizada por Aidan Quinn (David Ash), Kate Beckinsale,
Anthony Andrews y John Gielgud. Las aventuras de Ash tuvieron continuación en
la fabulosa novela Los Fantasmas de Sleath (The Ghost of Sleath, 1994), en ella el
protagonista vuelve a enfrentarse a acontecimientos sobrenaturales que lo
llevan a las puertas de la locura y la muerte.
La década de los noventa no fue
tan prodiga como la anterior, parece que el autor se toma más tiempo entre
novela y novela e incluso da la impresión de que pierde algo de fuelle y
acierto. Creed (1990), Portent (1992), la mencionada Los
Fantasmas de Sleath (1994), 48 (1996) y Others (1999) conforma
toda su producción durante los noventa, yo si tengo que resaltar alguna de
estas novelas me decantaría, sin dudas, por 48,
dejando de lado Los Fantasmas de Sleath;
48 nos presenta un argumento que
recurre otra vez, en cierta medida, a la influencia pulp tan notoria en el
autor, el argumento es como mínimo sorprendente: Londres 1948, La Segunda Guerra
Mundial a finalizado, los aliados han sido derrotados y la única vencedora es
“la muerte sanguínea”, un plaga fabricada en los laboratorios secretos de
Hitler cuyo efecto es la paralización de la sangre en las arterias. Unos
cuantos supervivientes inmunes a la plaga deberán rehacer su entorno mientras
luchan con Hubble (un fascista) y su grupo de carroñeros conocidos como
“Camisas Negras”, que necesitan la sangre de los inmunes para asegurar su
supervivencia. Como podéis ver Herbert desata en esta novela todo su arsenal
narrativo: ritmo altísimo, acción sin límites, algunas escenas super
terroríficas (sobre todo las que transcurren en el subsuelo) y un poderoso
manejo de las descripciones y situaciones, que logran hacer de 48 una novela imprescindible para los
seguidores del autor.
Su actividad más o menos reciente
aún ha sido menos pródiga; Once (2001), Nobody True (2003), El
Secreto de Crickley Hall (The Secret of Crickley Hall, 2006) y Ash (2012).
El Secreto de Crickley Hall tuvo una adaptación en forma de serie televisiva de tres partes a cargo de la BBC, fue dirigida por Joe Ahearne y protagonizada por Suranne Jones, Tom Ellis y David Warner.
Ash, la última novela escrita por Herbert fue también el cierre de la saga centrada en el detective parapsicológico David Ash.
James Herbert falleció el 20 de marzo del 2013.
El Secreto de Crickley Hall tuvo una adaptación en forma de serie televisiva de tres partes a cargo de la BBC, fue dirigida por Joe Ahearne y protagonizada por Suranne Jones, Tom Ellis y David Warner.
Ash, la última novela escrita por Herbert fue también el cierre de la saga centrada en el detective parapsicológico David Ash.
James Herbert falleció el 20 de marzo del 2013.
Bueno, ya ha llegado el final del
artículo, solo me queda por deciros que si no conocéis a este autor deberías
darle una oportunidad, pues más allá de su éxito masivo, fuera de nuestras
fronteras por supuesto, Herbert ha creado unas cuantas obras que, sin
pestañear, pueden considerarse de lo mejorcito de la literatura inglesa de
terror de los últimos años, cosa nada desdeñable con los tiempos que corren.
Casi toda su producción ha sido editada en nuestro país y un simple paseo por
la “librerías de viejo” os bastará para haceros con muchas de ellas a precios
bastante razonables.
Saludos amigos/as de El Terror
Tiene Forma. Hasta mañana.