Proyectada en el pasado Festival de Molins, Blood runs cold es un Slasher al uso que ni aporta ni quita nada al imaginario de este subgénero tan apreciado por los aficionados. Su director Sonny Laguna, en su primer largometraje, nos propone de una manera hiperrealista, casi desangelada, una historia que basa todo su potencial en la utilización, sin ningún rubor, de todos los clichés y tópicos que durante años se han ido acumulando en el imaginario del género. Pero lo primero es lo primero, y para entrar en materia nada mejor que una pequeña sinopsis: Winona vuelve a su pueblo natal con el objetivo de recargar las pilas. Su carrera musical está alcanzando cierto éxito y necesita apartarse un poco de la vorágine que supone la promoción de su trabajo. Su manager le ha alquilado una casa en medio de la nada, un lugar idílico en plena montaña rodeado de nieve y temperaturas extremas. Una vez instalada, la chica decide ir a un bar cercano, donde encuentra a su antiguo novio y a dos amigos del mismo. Para continuar la fiesta deciden volver a la casa. A partir de ese momento un elemento extraño y aterrador irrumpirá en sus vidas.
Ya podéis ver que lo escrito al principio de este artículo es cierto: un lugar remoto, un clima y un entorno agresivo, cuatro jóvenes dispuestos a pasarlo bien (sexo y cervezas como es normal) y un extraño asesino que, hacha en mano, se propone hacérselo pasar muy mal. Hasta aquí ningún problema, todos hemos disfrutado con miles de películas con similares planteamientos, pero no es oro todo lo que reluce y en este caso la película no logra en ningún momento crear ni un ápice de tensión, ni mucho menos algo de terror. Vamos por partes, aspectos negativos: en primer lugar el argumento tiene más agujeros que un queso gruyere, a este hecho hay que añadirle dos o tres secuencias realmente estúpidas (no voy a desvelarlas) que logran estropear la posible atmósfera o credibilidad de la situación, unido a esto tenemos los lógicos errores implícitos a una ópera prima, que no son importantes pero que sí lastran el desarrollo global de la película; aspectos positivos: los supuestos 5.000 dólares de presupuesto son usados con sobrada eficacia, es digno de ser mencionado, pues otras producciones de similares características no logran ni aproximarse al resultado conseguido, las secuencias gore están muy bien resueltas y son suficientemente explícitas y violentas (algo mínimamente exigible a una película de estas características), como último punto positivo tenemos el hallazgo de un nuevo psicópata, un ser inhumano, no sabemos de dónde viene, no sabemos a dónde va, no sabemos sus motivaciones pero sí sabemos que es extremadamente difícil escapar de él; la imagen visual del sujeto está muy lograda y él solito se encarga de mantener la película en unos niveles dignos de atención. Si hay segunda parte no me extrañaría nada ver en las tiendas alguna figura o muñeco con éste, ya entrañable, asesino.
Poco más, la película es recomendable para todos los aficionados al slasher, pero eso sí, no se puede ser demasiado exigente con ella. Con muchos altibajos, alguna secuencia sonrojante y un buen acabado sangriento en los asesinatos, el film da lo justo para pasar 80 minutos de tu vida viéndola. Un último apunte: qué bien queda la sangre en la blanca nieve.
Saludos, amigos/as de El Terror Tiene Forma. Mañana más.
Ficha Técnica
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Año: 2011 / Director: Sonny Laguna / Productor: David Liljeblad, Tommy Wiklund / Guión: Sonny Laguna, Tommy Wiklund, David Liljeblad / Música: Samir Alaoui / País: Suecia / Duración: 80m. / Cámara: Canon 7D / Proporción: 2.35: 1 / Color / Presupuesto: 5.000$
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Ficha Artística
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Hanna Oldenburg, Ralf Beck, Andreas Rylander, Elin Hugoson, Patrick Saxe, David Liljeblad
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