El cine de Lucky Mckee siempre parece envuelto en una aureola que combina una técnica más que apreciable, con un gusto por las historias raras, mórbidas y malsanas; desde la descripción de una psique traumatizada (May, 2002), hasta la recreación de una historia sobrenatural con elementos góticos (El bosque maldito,2006), Mckee ha ido creciendo como contador de historias, sin abandonar en ningún momento su capacidad para distorsionar la realidad, para provocar desasosiego, para en definitiva, encontrar su lugar dentro del cine fantástico actual.
Su nueva película, The woman, ha estado rodeada desde el principio de controversia y expectación; escrita en colaboración con Jack Ketchum, es la continuación directa de la película de Andrew van den Houten titulada Offspring (2009), film que nos presentaba las correrías de una familia caníbal por las montañas y bosques de Estados Unidos.
En The woman se nos presenta a la única superviviente del clan original, una mujer herida, que vaga sola por los bosques en busca de refugio y alimento, una mujer salvaje y peligrosa completamente autosuficiente, que tiene la desgracia de cruzarse con un hombre que le da caza y la atrapa, para llevarla a su casa y “civilizarla”, por supuesto las intenciones del sujeto son bastante más oscuras e interesadas.
Este punto de partida permite al director presentar lo que parece ser el elemento principal de la película: la confrontación entre la civilización y el salvajismo, pero esta situación no es más que un espejismo, el film pronto desvela sus verdaderas intenciones que no son otras que mostrar abiertamente, sin cortapisas, el horror de lo cotidiano, ese horror que se asienta y se cuece en el interior de cada casa, de cada edificio, de cada hombre y mujer que nos cruzamos durante el día, ese horror oculto a primera vista pero latente y peligroso como el que más, aquí no hay monstruos imaginarios ni seres sobrenaturales, sólo hay la hipocresía y la mentira que erige el ser humano para preservar su estatus social, creando, de paso, un perfecto camuflaje para esconder la maldad y locura que destila. Una pesadilla hiperrealista con ecos de films tan contundentes como Henry, retrato de un asesino, que, en este caso, utiliza el machismo, la misoginia y el consiguiente maltrato psíquico y físico, para tejer una historia seca y árida que destila naturalidad. Este planteamiento argumental provocó problemas a la pareja creadora, Mckee y Ketchum fueron acusados de misóginos, una acusación que, aparte de ser una solemne estupidez, se desmorona rápidamente si echamos una ojeada al cine que el director ha ido entregando desde sus principios y que está en las antípodas de semejante actitud, de hecho sus obras defienden más que atacan a la mujer, entendiendo los resortes que motivan al género femenino y dándoles una salida cinematográfica consecuente, siempre dentro, por supuesto, de un esquema que se nutre de elementos y situaciones de carácter fantástico.
La película es un compendio de situaciones normales, que poco a poco van degenerando y enquistando, para realzar un discurso crítico sobre la sociedad y la bruma que la envuelve, en este sentido el trabajo realizado por Sean Bridgers dando vida al cabeza de familia es soberbio, su personaje, Chris Cleek, es el prototipo perfecto de hijo de puta con mayúsculas, un hombre con dos caras (pública y privada) que ejerce en su pequeño entorno familiar la actitud que no puede mostrar al resto de la sociedad; su mujer Belle (una soberbia Angela Bettis) y sus dos hijas (en especial la mayor), sufren en silencio su machismo, acobardadas, no cuestionan ninguno de los mandatos, por injustos o extraños que parezcan, del cabeza de familia y sin quererlo se convierten en cómplices de los desmanes realizados. En la otra parte de la cuerda nos encontramos con la mujer salvaje, suyo es el centro y eje del largometraje; Pollyanna McIntosh realiza una magistral recreación de esa mujer que se rige por sus instintos primarios.
Punto y aparte merece la banda sonora, un compendio de canciones contrapuestas entre sí, que dislocan el sentido de la realidad del film; este recurso unido a un perfecto uso de los efectos de sonido provoca la sobredimensión de las emociones y sentimientos, sumergiendo al espectador en una especie de bucle de espesa irrealidad, que consigue crear desasosiego y una sensación de creciente horror.
The Woman no es una película aconsejable para todos los aficionados, de ritmo lento en muchas partes de su metraje, construye con terquedad la atmósfera necesaria para desarrollar el argumento, por este motivo Mckee se recrea en las situaciones y sus consecuencias, dando prioridad al acoso psicológico antes que a la exhuberancia de la violencia explícita, que la hay, que conste. Este peculiar planteamiento secuencial de acumulación de sentimientos y sensaciones, provoca, curiosamente, cierta decepción en el espectador, da la sensación de que no se profundiza lo necesario, quedándose en la superficie, arañando levemente la carne de un horror mucho mayor, y llevando al film a un final previsible y obvio (aunque impactante). De todas maneras la propuesta presentada merece atención, pues tiene suficientes puntos de interés como para despertar la curiosidad del aficionado. Yo por mi parte creo que la carrera y las intenciones de Mckee cada vez tienen un punto más sólido, por lo que su crecimiento será cada vez más ostensible.
Bueno amigos/as de El Terror Tiene Forma hasta mañana, y recordad, desconfiad del vecino de al lado, nadie sabe qué horror puede esconder entre las paredes de su piso.
Saludos!!!
Ficha Técnica
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Año: 2011 / Director: Lucky McKee / Productor: Robert Tonino, Andrew van den Houten, Josh Garrell, Frank Olsen, Lluis Fe Perez, Loren Semmens, Robert D. Krzykowski / Guión: Lucky McKee, Jack Ketchum / Fotografía: Alex Vendler / Música: Sean Spillane / Dirección Artística: Jeff Subik / Diseño de producción: Krista Gall / Maquillaje: Nicholas Arthur, Robert Kurtzman, Alan Tuskes, Anthony Pepe, Hillary Hunt, Tom Luhtala / FX: Andrew Smetek / País: USA / Duración: 101m. / Proporción: 1.78: 1 / Color /
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Ficha Artística
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Carlee Baker, Marcia Bennett, Angela Bettis, Shana Barry, Sean Bridgers, Pollyanna McIntosh, Lauren Ashley Carter, Chris Krzykowski, Alexa Marcigliano, Shyla Molhusen, Tommy Nelson, Frank Olsen, Lauren Petre, Zach Rand, Lauren Schroeder.
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