El otro día repasando unas revistas muy antiguas, concretamente el número seis del año 1975 de la revista Famosos “Monsters” del Cine publicado por la Editorial Garbo, me encontré con una entrevista efectuada por Forrest J. Ackerman a la actriz Mae Clarke traducida del original de Warren por Manuel Domínguez. ¿Que quién es Mae Clarke?, pues nada más fácil de responder, Mae Clarke interpretó a la novia del Doctor Frankenstein y fue protagonista de uno de los momentos más terroríficos del cine fantástico, cuando, vestida de novia, espera en una habitación el momento de casarse con su adorado Doctor. Por supuesto la idílica escena es interrumpida bruscamente por la irrupción del monstruo en los aposentos de la bella dama.
La entrevista es muy curiosa, aportando algunos matices muy interesantes sobre el cine que se realizaba en esa época y rememorando algunas de las anécdotas ocurridas durante el rodaje del film. Como tenía pensado dedicarle muy pronto un artículo a este gran clásico de la Universal, se me ha ocurrido la idea de transcribir en su totalidad esta entrevista para ir entrando en calor. Debido a la extensión de la misma he dividido el post en dos partes. Si os parece vamos al lío.
Entrevista a la novia del Dr. Frankenstein © Warren Publishing, New York
Forrest J. Ackerman: ¿Había oído hablar del libro “Frankenstein” antes de trabajar en la película?
Mae Clarke: Conocía simplemente la palabra. Ni siquiera sabía que proviniera de un libro. “Has creado un Frankenstein, has creado algo que puede volverse contra ti y por cuya causa lamentarás haberlo hecho…”
FJA: Hizo usted una interesante observación antes de que comenzáramos a grabar esta entrevista en magnetófono, y me gustaría que la repitiera. Algo acerca de que había una cosa desagradable en el film, concretamente el hecho de que a la criatura se le pusiera un cerebro de criminal, lo cual destruía la idea contenida en el original de Mary Shelley.
MC: Bueno, yo no estoy tan al día como ustedes en estas cosas. Me gustaría estarlo. Quizás lo logre, ahora que me doy cuenta de la labor que han realizado ustedes en ese campo. Nunca es demasiado tarde para volver atrás y aprender un poco más. Pero me gustaría saber si ella incluía esa idea en su libro. Siempre he pensado que la inclusión de la escena en que el ayudante jorobado toma el frasco marcado como “cerebro normal” y después de caérsele al suelo toma el otro, marcado como “cerebro criminal”…no sé cómo explicarlo, pero me da la impresión de que es algo añadido posteriormente. Y muy fácilmente pudiera ser así. Quizá alguien pensó que había que explicar la maldad del monstruo en razón de la anormalidad de su cerebro. Pero la verdad es que si el monstruo actuaba anormalmente no era por poseer un cerebro criminal, sino por carecer de alma. Esa es la cuestión. Para mí, la conclusión y la moraleja de la teoría de Frankenstein son muy simples: quizá se pudiera crear un ser aparentemente humano, que cumpliera con sus funciones aproximadamente, que pudiera caminar, tal vez hablar…pero, si ese ser careciera de alma, todo eso sería imposible.
FJA: ¿Siguió usted las secuelas de film? ¿Vio “La novia de Frankenstein”, o “El hijo de Frankenstein”?
MC: No he visto mi propio Frankenstein durante años y años. Fue una experiencia hacer la película, y ese año fue muy activo para mí. Trabajaba para dos estudios al mismo tiempo: mi contrato había sido firmado con la Universal cuando yo tenía aún otro contrato vigente con Columbia, y tenía que dividirme y trabajar para las dos productoras, que me compartían. Así que, cuando no estaba trabajando para una, lo hacía para la otra, y no tuve tiempo para ir al cine durante los dos siguientes años.
Mae Clarke a punto de conocer al “monstruo”
FJA: ¿Estuvo presente en la mayor parte del rodaje de “Frankenstein”?
MC: No realmente no. El tiempo rodea a las cosas como esta de una cierta aura romántica, porque todo el mundo que habla de “Frankenstein” estaba al otro lado de la cámara.
La mayor parte de la gente que la hizo ha muerto. Todos ustedes, la gente “del otro lado de la cámara”, saben lo que nosotros deseábamos al hacer la película. Y al decir nosotros me refiero a mí misma y a los actores, técnicos, maquilladores, iluminadores y demás equipo de rodaje.
Nuestra obligación era crear una ilusión, y la de ustedes creérsela. Aquello era nuestro trabajo. Pero aquello también era una novedad, y estábamos excitados viendo cómo iban marchando las cosas.
Yo estaba allí el día en que consiguieron el efecto de luces. La gente, desde varias millas a la redonda, vino a ver cómo se accionaba el interruptor…
FJA: ¿Estaba usted allí el día en que se tomo la decisión de cortar el fragmento de la película en el cual el monstruo deshojaba una margarita con la niña y lanzaban los pétalos al agua?
MC: Déjeme contarle eso con detalle. Yo no estaba ahí ese día, porqué la escena se desarrollaba solamente entre la niña y el monstruo. Su intención era hacerlo todo muy sencillamente para evitar que la niña se asustara o se distrajera. Había que “trabajarla” con mucho cuidado, hacerle conocer primero a Boris, dejar luego que ella viera como le aplicaban el maquillaje para evitar posteriores temores al verle actuar en su personaje…Era un trabajo muy delicado y no había en el set más que la gente precisa. Pero no supe hasta años más tarde que habían cortado la escena. Yo sabía que estaba en el guión, porque lo había leído. Supe de los cortes cuando la vi en TV. Incluso entonces pensé que quizá había sido debido a la duración de la película, que tal vez no daba tiempo a intercalar anuncios. Finalmente supe que en las proyecciones públicas también había sido cortada, por considerarse que era demasiado cruel presentar el deliberado asesinato de una niña.
La verdad es que lamenté la desaparición de esa secuencia (1), que desvirtuaba el auténtico sentido dramático de la escena. Pero eso no fue intencionado. Los planos eran bellísimos. El monstruo juega con un pequeño ser que le sonríe, que no se asusta de él ni intenta ahuyentarle con fuego. Alguien que le sonríe y cuya vocecilla le resulta grata al oído. Se le puede ver conmovido, incluso careciendo de alma, pero en este momento es cuando se halla más cerca de sentirla. Le gusta el juego, y en su interior infantil ve en la niña un bonito juguete con el que distraerse. Un juguete que habla y que le enseña a tirar flores al agua. El agua las sostiene, y las flores flotan y navegan. La niña le enseña a hacerlo, y él lo hace…
Luego, la niña le pide que la huela. El nunca ha olido nada. Ella le enseña cómo hacerlo. Y él piensa que se trata de otro juego, y huele, y olfatea, y el nuevo juego le divierte…
De repente, se acaban las flores. El busca más a su alrededor, sin encontrarlas. Eso significa que se ha acabado el juego. Entonces, toma lo que para él es más parecido a una flor- porqué, para él, la niña “es” una flor- y parece pensar que ha encontrado la forma de continuar con el juego. Entonces coge a la niña y la arroja al agua. Cuando la niña desaparece, ahogada, el monstruo golpea desesperadamente el agua intentando recuperar su “juguete”, la busca con una angustia y un dolor que realmente hacen sentir piedad por él. Por estos motivos, lamento que la escena no haya permanecido en la película. Porque, de ese modo, cuando el padre llega al pueblo con su hija ahogada entre sus brazos, el publico, en vez de predisponerse contra el monstruo y compartir el odio que todos sienten contra él, sabría la verdad de lo ocurrido….
Creo que fue negativo cortar esa escena, esa escena eximía al monstruo de una gran parte de su inconsciente culpabilidad.
FJA: Comprendo sus sentimientos, y estoy completamente de acuerdo con usted. Dígame, ¿fue Boris Karloff el primer responsable de su caracterización, o más bien fue creación del director, James Whale?
MC: Fue una combinación perfecta entre un gran actor, un gran director y un gran guionista. Y hay que dar gracias también a la generosidad del estudio, que en ningún momento escatimó medios ni dinero, sino muy al contrario: teníamos siempre lo mejor que se nos podía proporcionar.
FJA: ¿Recuerda cuanto duró el rodaje?
MC: Es difícil de recordar exactamente, pero en general estábamos un mes entero para completar una película. El tiempo, entonces, no era tan importante como lo es hoy.
© Warren Publishing, New York
Bueno hasta aquí la primera parte de la entrevista. En la segunda parte se comentan algunas curiosidades sobre Boris Karloff y el excelente maquillaje creado por Jack Pierce.
(1) nota: en las ediciones actuales en DVD esta escena ha sido añadida.