JOHN CARRADINE (1906-1988), un mito del cine de terror.
Con 351 películas a sus espaldas John Carradine (de nombre real Richmond Reed Carradine) es uno de esos actores de carácter y carismáticos ineludibles en la historia del cine. Nacido y criado en Nueva York en el seno de una familia acomodada (madre cirujana y padre abogado), pronto desarrollo y aspiro a crearse un futuro como artista, primero como escultor y pintor gracias a su asistencia en la Escuela de Arte Gráfico de su ciudad natal.
A mediados de los años 20 dio el salto a la escena interpretativa teatral como un actor de tono shakesperiano, al comienzo de la siguiente década se inicio en el mundo el cine, siendo su primera película (a pesar de no ser acreditado) Bright Lights (1930) dirigida por Michael Curtiz, conviene destacar que por esa época utilizaba el seudónimo de Peter Richmond, cambiándolo por John Carradine a partir del año 1933.
A mediados de los años 20 dio el salto a la escena interpretativa teatral como un actor de tono shakesperiano, al comienzo de la siguiente década se inicio en el mundo el cine, siendo su primera película (a pesar de no ser acreditado) Bright Lights (1930) dirigida por Michael Curtiz, conviene destacar que por esa época utilizaba el seudónimo de Peter Richmond, cambiándolo por John Carradine a partir del año 1933.
Películas como Cleopatra (1934, Cecil B. DeMille), El Hombre Invisible (The Invisible Man, 1933), La Novia de Frankenstein (The Bride of Frankenstein, 1935) ambas dirigidas por James Whale o Satanás (The Black Cat, 1934) de Edgar G. Ulmer, cimentan su fama a pesar de no haber sido acreditado en ninguno de esos trabajos. En el año 1936 John Ford le ofrece un papel en la película Prisionero del Odio (The Prisoner of Shark Island) que le saco del anonimato en el que estaba sumergido. Su relación con Ford fue bastante más allá estando involucrado en once producciones del mítico director.
A partir de ese momento su presencia en toda clase de géneros cinematográficos fue abrumadora, pues su particular filosofía vital (“No existen pequeños papeles”) le llevaba a aceptar casi cualquier propuesta que llegara a su mesa. En el año 1935 contrajo matrimonio con Ardanelle McCool Cosner, una unión que duraría hasta el año 1941, fruto de este matrimonio nació David Carradine.
Paralelamente a su labor cinematográfica no abandono en ningún momento su pasión teatral, representando obras continuamente en una frenética labor profesional. En el año 1945 se casó con Sonia Henius Sorel, con quién tuvo a sus hijos Keith, Bruce y Robert. El matrimonio se divorcio en el año 1956.
La última etapa de su larga carrera fue de especial simbiosis con el cine de terror y fantástico, si bien muchas de esas producciones podrían enclavarse en la serie B más simpática y entrañable, de esta manera títulos como ‘The Wizard of Mars aka Horrors of the Red Planet (1965), Billy the Kid vs Dracula (1966), The Astro Zombies (1968), Monstruos Hambrientos (Horror of the Blood Monsters, 1970) o Ondas de choque (Shock Wawes, 1977) se convirtieron en parte del imaginario de todos los aficionados a estos géneros.
En los años ochenta siguió combinando ese tipo de películas con producciones con más calidad y apariciones en televisión, títulos como Aullidos (The Howling, 1981), El Club de los Monstruos (The Monster Club, 1981) o House of the Long Shadows (1983) dan fe de esta actividad.
John Carradine falleció el 27 de noviembre de 1988 en Milán (Italia). Tenía 82 años. Con él se fue una manera única de entender el trabajo de actor en general y uno de los grandes del cine fantástico y de terror en particular.
En los años ochenta siguió combinando ese tipo de películas con producciones con más calidad y apariciones en televisión, títulos como Aullidos (The Howling, 1981), El Club de los Monstruos (The Monster Club, 1981) o House of the Long Shadows (1983) dan fe de esta actividad.
John Carradine falleció el 27 de noviembre de 1988 en Milán (Italia). Tenía 82 años. Con él se fue una manera única de entender el trabajo de actor en general y uno de los grandes del cine fantástico y de terror en particular.