Cualquier aficionado al cine de terror, gore o fantástico en general tiene referentes múltiples y variados para desarrollar su afición, si preguntamos a muchos de ellos qué revista les ha acompañado durante esa trayectoria, la respuesta será en, el ochenta por ciento de los casos, la misma: Fangoria.
Recientemente esta revista ha llegado a sus 300 números, por sus páginas han pasado desde los clásicos más imperecederos, hasta las producciones más oscuras e independientes, con un tratamiento editorial muy cercano para su joven audiencia, Fango ha creado legiones de seguidores, que con el tiempo han logrado que el status de culto que rodea a la publicación, se sustentara con unas ventas acordes a su leyenda. La revista del horror más extendida a nivel internacional sigue vivita y coleando, espero que por muchos años, pero el tema que hoy traigo para el post es la edición que se público en nuestro país a mediados de los noventa.
Dirigida por Luis Vigil, unos de los históricos defensores del cine fantástico en nuestro país, con un equipo detrás con nombres como Albert Solé, Francisco José Campos o José Luis Esparza y amparados en la poderosa (en esos años) Ediciones Zinco, se produjo el milagro de encontrar, más o menos mensualmente, la revista en nuestro quioscos; una gozada poder leer todos esos artículos, tener de primera mano información de los nuevos proyectos y poder disfrutar de las recomendaciones del equipo mencionado anteriormente. La revista era desigual en cuanto a calidad, algunos números eran realmente explosivos, otros se limitaban a ser meramente alimenticios, pero, en líneas generales, el tono editorial era muy correcto y honesto con los aficionados. Desgraciadamente no todos los proyectos tienen la acogida esperada, unas ventas cada vez más flojas, producto de la crisis económica que azoto a España es esos años (curioso, ahora estamos todavía peor que en ese momento), algunos escándalos mediáticos, que no tenían nada que ver con la revista, aprovechados por las rancias y absurdas huestes guardianas de la moralidad, todavía poderosas hoy en día (sirva la polémica alrededor de A serbian film como aseveración a esta afirmación), para socavar los cimientos de la revista y colocarla en el ojo del huracán mediático y la lenta, pero detectable, bajada de calidad de sus últimos números, provocaron la cancelación de la colección. Comentaba Luis Vigil en el número 35, último de la colección, su desilusión por esta caída y su ira, justificada, por el pobre seguimiento dado a la publicación por los aficionados patrios, no voy a discutir sus comentarios, pero dejadme decir que unos cuantos aficionados a este género (yo incluido) vertimos no pocas lagrimas por esta perdida, un agujero negro en la edición en este país tan proclive a la autocomplacencia y a mirarse indolente el ombligo correspondiente.
La revista tuvo, años después, una breve resurrección, pero eso ya es harina para otro artículo, de momento, y para acabar con este post e incluido una cronología de los 35 números oficiales editados, en ella encontrareis la fecha de la edición y el contenido de la revista. Para el siguiente post, una galería de imágenes con todas las portadas de la revista, os alegrara la vista.
Espero que os guste y os sirva como información.
Un saludo amigos/as.
Fangoria