Basada en una novela de Robert Louis Stevenson (1850 / 1894), autor de maravillas como La isla del tesoro o El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, en la cual se nos narran las andanzas de un joven estudiante de medicina que ayuda en sus investigaciones a un famoso profesor que, necesitado de cadáveres mínimamente frescos para sus prácticas de disección, recurre a los servicios de unos ladrones de cadáveres para que le solucionen el problema.
Surgida de la imaginación del escritor, pero basada en acontecimientos reales, la novela es un espeluznante viaje a la parte oscura de la ciencia y campo abonado (por la temática) para adaptaciones en celuloide.
La película es el paradigma de la forma de trabajar de Lewton, partiendo de presupuestos exiguos, se nos presenta de forma muy imaginativa, unos hechos donde la atmósfera es su principal (que no único) recurso, logrando una sensación continuada de inquietud y tensión que hace que la película se mantenga totalmente vigente hoy en día. Dos secuencias, en concreto, reafirman lo dicho anteriormente: la primera aparición de Boris Karloff ejerciendo su trabajo nocturno, su sombra recortada (pala al hombro) contra el muro del cementerio es escalofriante; el asesinato de la joven cantante callejera, secuencia en la que vemos como un carruaje se adentra por un callejón mientras de fondo (en off) se escucha la canción de la muchacha, la oscuridad de la noche engulle al carruaje y de repente se deja de escuchar la cancioncilla, sugiriendo el asesinato de una forma elegante e imborrable para el espectador.
En el aspecto interpretativo Boris Karloff come a parte, su recreación de John Gray alcanza cotas magistrales, su sola presencia llena la pantalla y el repertorio de registros es abrumador; miradas aviesas, presencia amenazante, cinismo, socarronería, diálogos brillantes, elementos todos ellos que componen un personaje que es la encarnación, total y absoluta, del mal en estado puro. Como antagonista tenemos al gran Henry Daniell que da vida al prestigioso doctor Wolfe MacFarlane, el actor esgrime una dualidad maravillosa en su personaje, dividido entre el pasado y el estatus social que tiene que preservar, no duda en ocultar los crímenes que Gray comete, escudándose en dudosas necesidades “científicas”, corrompe cualquier atisbo de pureza que exista a su alrededor, una lucha de poder entre lo material y lo espiritual que encierra en sí misma un peligro para el alma del hombre que deja atrás sus prejuicios y su humanidad. Por último tenemos a Bela Lugosi, su presencia casi testimonial, es de todas maneras gratificante, siendo su enfrentamiento e intento de chantaje a Gray, otra más de las escenas míticas entres los dos grandes monstruos del terror de esa época. Esta fue la última vez que coincidieron en pantalla los dos actores.
El ladrón de cadáveres tiene una personalidad muy acusada que la desmarca de muchas películas realizadas en la época, los personajes principales son turbios, esconden secretos, luchan por preservar sus respectivos estatus y hasta el joven estudiante de medicina no duda, a pesar de que la intención es buena, en utilizar recursos ilegales, que derivan en un crimen, enredándolo en una telaraña de odio, sospechas y miedo.
El film tiene un final antológico, no voy a revelarlo aunque supongo que muchos ya lo conoceréis, pero no voy a resistirme a incluir la frase que cierra la película y que es un buen colofón de toda la historia.
“A fuerza de errores el hombre se esfuerza y adelanta. A fuerza de tragedias aprende. Todos los caminos del aprendizaje nacen en la oscuridad y salen hacia la luz” Hipócrates de Cos
Un saludo a todos/as.
Ficha Técnica
|
Año: 1945 / Director: Robert Wise / Productor: Val Lewton / Guión: Val Lewton, Jack J. Gross / Música: Roy Webb / Fotografía: Robert de Grasse / Maquillaje: C. Bakaleinikoff / País: USA / Duración: 77m. / Formato: 35mm / Proporción: 1.37: 1 / B/N
|
Ficha Artística
|
Boris Karloff, Bela Lugosi, Henry Daniell, Edith Atwater, Rusell Wade, Rita Corday, Sharyn Moffett, Donna Lee. Sin acreditar: Ted Billings, Bobby Burns, Robert Clarke, Aina Constant, Mary Gordon, Milton Kibbee, Ethan Laidlaw, Jim Moran, Jack Welch, Larry Wheat, Bill Williams
|